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La insólita aventura del Pecholata

José Ángel Pérez / Periodista

sábado 20 de febrero de 2016, 09:00h
El robo de dos pistolas y un subfusil en la comandancia de la Guardia Civil de Almería es el eje sobre el que gira un estrambótico caso del que hoy en día sigue sin esclarecerse qué ocurrió realmente
EL caso protagonizado por un intrépido joven de Almería identificado como Rafael S. U. de 19 años de edad y conocido en los ambientes de su barrio como "El Pecholata" constituyó todo un rosario de despropósitos rocambolescos después que el muchacho fuese detenido por la Guardia Civil acusado de la sustracción de un subfusil y dos pistolas marca Star con sus correspondientes cargadores y munición de la propia comandancia de la Guardia Civil de Almería. El robo del armamento, fue atribuido en los primeros momentos de conocerse el caso, a la organización terrorista ETA, quien a través de un comunicado hecho público se desvinculó de cualquier relación con los hechos.

"El Pecholata", despues de permanecer dos meses en paradero desconocido el 11 de noviembre de 1983.acompañado de su abogado se entregó en las dependencias de la Guardia Civil. Sobre la historia en sí, hubo opiniones para todos los gustos. La versión oficial, ofrecida por el Gobierno Civil de Almería indicaba que el joven, la tarde del 12 de agosto de ese mismo año- entre las cuatro y media y las siete de la tarde- se introdujo en las instalaciones en obras del acuartelamiento desde unos terrenos situados en la parte superior del recinto logrando llegar hasta las taquillas de los agentes, y apoderárse de un subfusil y de dos pistolas con sus correspondientes cargadores y munición. Se especuló entonces, que "El Pecholata" aprovechó la situación del recinto en obras y confundido con los trabajadores que efectuaban las reparaciones pudo llegar hasta la zona de vestuarios apoderándose del armamento.

A muchos ciudadanos el asunto no encajaba nada, ya que obviamente las armas suelen estar protegidas en Armamento y bajo llave, pero además llevárselas a plena luz del día y en el mes de agosto, camufladas entre las ropas- sobre todo el subfusil- o sacarlas alegremente ocultas en una bolsa parecía raro entre tantos guardias civiles sin que nadie se percatara del intruso. El intrepido caco, nada mas hacerse con las armas se dirigió a la Molineta donde entre unos ribazos y matrorrales las escondió. El asunto fue aireado por el diario La Crónica de Almería, dirigido por el almeriense Joaquín Abad Rodríguez y un par de días mas tarde, el sujeto "arrepentido" contactó con el diario a través de una carta acordando la entrega del subfusil y una de las pistolas a cambio de 100.000 pesetas. Poco a poco, el Gobierno Civil de Almería, ante el estupor que la noticia había causado a los ciudadanos fue aportando nuevos datos en relación con el caso.

"El Pecholata", confesó a los agentes del Servicio de Información que le interrogaron que una semana antes se puso en contacto telefónico con el periódico, comunicando que si le daban 100.000 pesetas entregaría las armas. El acuerdo alcanzado entre el delincuente y uno de los responsables del diario se concretó en una próxima cita para llevar a cabo "la operación". "El Pecholata" señaló el lugar de depósito del dinero en una papelera de la calle Marchales. De inmediato desde la redacción del periódico se comunicó este dato a la Guardia Civil que estableció un discreto operativo por toda la zona. Los agentes del Servicio de Información localizaron el subfusil entre unos matorrales en el ambigú del campo de futbol del Quemadero. El pacto se cumplió y "El Pecholata" se llevó las cien mil pesetas del ala de la papelera envueltas en papel de chocolate

El 22 de agosto, de nuevo el joven delincuente vuelve a contactar con otro de los redactores de La Crónica. Fue bastante escueto. Una de las pistolas acababa de dejarla oculta en un cubo de basura en el paseo de Almería a la entrada de la oficina principal de la Caja de Ahorros.

El director del periódico acompañado de un redactor y un fotógrafo- para inmortalizar el hallazgo- se desplazaron urgentemente hasta el lugar indicado haciéndose cargo del arma y posteriormente entregarla en las dependencias del cuartel de la Guardia Civil. Pero aun faltaba otra pistola.

En un nuevo comunicado, la Guardia Civil anunciaba el inicio de la instrucción de diligencias para llegar al total esclarecimiento de los hechos y localizar la otra arma corta. Joaquín Abad declaró ante la Guardia Civil los "curiosos" aspectos de la trama de lo que según él, tenia conocimiento. El arma apareció unos meses después, parece ser que en una localidad del norte de España, después que fuese usada para perpetrar un atraco utilizada por delincuentes habituales. Por su parte, "El Pecholata" fue juzgado por la jurisdicción militar en el campamento Álvarez de Sotomayor y posteriormente condenado a varios años de prisión. Después de haber pasado más de veinticinco años, lo que pudo ocurrir de verdad en relación con tan estrambótico caso sigue realmente sin conocerse.
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