Joaquín Abad | Sábado 15 de noviembre de 2014
Lo de Andalucía ha sido muy fuerte. Si, y durante muchos años. Han sido 36 años, nueve legislaturas, que los socialistas han reinado en esa región compuesta de ocho provincias donde las numerosas ayudas europeas no han servido para disminuir el paro. Muy al contrario.
Ahora sabemos que han ido a parar a bolsillos de políticos, sindicalistas y empresarios amigos del régimen. Gracias a Manuel Chaves, gracias a su discípulos Juan Antonio Griñán, gracias a Magdalena Alvarez, gracias a Gaspar Zarrías, esa región puede presumir de ostentar uno de los niveles más altos de parados. Más del 36 por ciento.
Pero todo, por fortuna, aunque muy tarde, llega. Chaves y Griñan se sentarán, con toda probabilidad, en el banquillo de los acusados por ser responsables del régimen corrupto de los famosos "eres" que casualmente descubrió la juez Ayala en Sevilla. Y que ha servido para destapar toda una red de empresas que se quedaban con el dinero destinado a los parados y se lo repartían con políticos y sindicalistas. Y todo bajo el paraguas legislativo de la Junta de Andalucía, que había creado un sistema para que no pudiera controlarse el destino de esos fondos, de muchos, muchos millones de euros.
Desde hace 36 años se conocía que para hacer negocio en el califato andaluz había que pasar por caja. Todos los empresarios que han trabajado para la Junta han sido cómplices. Todos han aceptado pagar la comisión de turno. Porque se aseguraban la obra, la licencia, y la mordida la repercutían al cliente final. Conozco personalmente a algunos empresarios que cuando ganó el pesoe no paraban de buscar contactos para ofrecerse como donantes para lo que el partido necesitara. Y los empresarios no son de izquierdas ni de derechas, como los banqueros, como Botín, que lo mismo tenía hilo directo con Rodríguez Zapatero y luego con Mariano Rajoy. Sin complejos, claro. El dinero es el dinero. Y los políticos, como también don Mariano, no le hacen ascos a un banquero que puede condonarle la deuda a su partido... ¿O no? Y más cosas, que a lo mejor algún día de estos se descubre.
No se. Tengo mis dudas. No tengo claro que los jueces del Supremo, que son nombrados por los políticos con cuotas, tengan huevos para condenar a los padres de la patria. Como en su día no los tuvieron para sentar en el banquillo a Felipe González por el Gal, cuando estaba clarísimo.
En cualquier caso, la esperanza es lo último que se pierde, y a lo mejor también están asqueados del nivel de corrupción al que hemos llegado.