Joaquín Abad | Domingo 29 de marzo de 2015
El periodista soriano Jesús Cintora ya ejercía de perroflauta de la izquierda para morder a la derecha en todas las tertulias donde era invitado, o era contratado. Sus comentarios, siempre sectarios a favor de la siniestra le auparon, hace dos años, a que le contrataran como conductor del programa televisivo Las mañanas de cuatro. No fue fichado por su independencia.
No fue fichado por ser elegante con los demás tertulianos. No. Paolo Vasile, lo contrató porque en esas fechas necesitaba a un doberman para que la derecha le temiera.
Ocurre que el bipartidismo reinante en España durante casi cuarenta años se ha ido al carajo. De supuestos movimientos asamblearios tras las manifestaciones de descontentos en la Puerta del Sol un 15-M ha surgido un partido, Podemos, que aupado en tertulias televisivas ha cosechado millones de votos de cabreados, votos de desilusionados. Y eran tantos los antiguos votantes de ese bipartidismo que estaban dispuestos a llevar a Pablo Iglesias a la Moncloa que el Poder, el verdadero Poder que gobierna España, ha dicho basta. Sí, ese poder que tiene planificado un dos mil dieciséis con un gobierno de salvación PP-Psoe, con Soraya y Susana, que no con Mariano y Pedro.
El Poder, los del Ibex y ese club formado por Felipe González, Juan Luis Cebrián, César Alierta y Soraya Sáenz de Santamaría, ya han diseñado el puzzle y dado instrucciones para que los medios informativos domesticados, los del papel y televisión, le ayuden en la jugada. Y claro, el acercamiento de algunos conductores y tertulianos, como Cintora, al partido de Podemos había que frenarlo en seco. Aparte de ordenar a los fontaneros, a los servicio secretos del Estado -de eso se encarga Soraya- hurgar en las cloacas para enviar los dossier's a medios agradecidos, a tertulianos agradecidos, a periodistas agradecidos...
Pasado este paréntesis de Semana Santa nos vamos a divertir porque nos queda un resto de dos mil quince muy movido. Donde veremos como se meriendan, poco a poco, a un Pedro Sánchez que trata de protegerse en Ferraz de sus propios traidores. Donde veremos como el club González-Cebrián-Alierta-Soraya entierra a Mariano Rajoy con la excusa de que es evidente su culpa en la corrupción que ha sido el santo y seña de Génova desde que José María Aznar sucedió a Manuel Fraga Iribarne. Jesús Cintora no será el único perroflauta caído en desgracia. Que no.