OPINIÓN

Políticos a punto de infarto

Joaquín Abad | Lunes 13 de abril de 2015
Si, de infarto puede calificarse la situación de cientos, miles de políticos en ejercicio, del pepé, del pesoe, cada domingo cuando se desayunan la encuesta sobre intención de voto publicado en algún medio nacional.

Si antes de ayer fue El Mundo, ayer fue El País, antiguo buque insignia del partido socialista, quien mostraba a la ciudadanía que Podemos, PP, Psoe y Ciudadanos casi estaban empatados en el sondeo realizado hace sólo unos días. Después de las andaluzas, donde el partido de Susana Díaz fue el mas votado, a pesar de llevar varias décadas instalado en la corrupción. Los andaluces, a lo que se ve, se han vacunado ante la forma de gobernar de una casta que subsidia el paro y se reparte millones entre sus amiguetes sin importarles la legalidad un pimiento. La juez Ayala ha levantado una alfombra donde lo último es el fondo de reptiles. Es la manera de saltarse la ley, para repartirse el dinero público, lo que debería escandalizar a una población que sigue votando a los mismos que han arruinado el futuro de las ocho provincias del mapa andaluz. Pero eso es otra historia.

Hay cientos, miles de políticos que están de infarto. Si las encuestas, los sondeos se hacen realidad, dejarán de pisar moqueta de un día para otro, y del coche oficial con chófer pasarán al utilitario de tercera mano. Y a acudir a repostar gasolina y jurar en arameo cada vez que llenan el depósito por noventa euros. Algunos agotarán el desempleo sin tener claro dónde podrán trabajar, porque miles no tienen una profesión conocida salvo la de formar parte de un aparato que durante decenas de años ha repartido prebendas entre los militantes más dóciles.

Porque son legión y todos conocemos al menos a unos cuantos concejales que irán del coche oficial al paro. En algunos casos, muchos, el empresario amigo que durante años se benefició de su amistad con el concejal de urbanismo, y que le hizo ganar muchos, muchos millones, lo colocará, por lástima en algún puesto de su empresa para justificar el salario y que no se muera de hambre. Pero otros miles de concejales que perderán su acta en las elecciones del 24 de mayo irán directamente al paro, al divorcio y a deprimirse ante el amargo futuro que les espera después de haber saboreado la mieles del poder durante tantos, tantos años.

Porque los que han gobernado la nación, los que se han sentado en el consejo de ministros, tienen su futuro resuelto a otro nivel. Esos tienen puestos vitalicios en la banca, en las eléctricas, en las petroleras. Para eso estuvieron a sus órdenes mientras viajaban en coche oficial. Son las famosas puertas giratorias tan denunciada por unos y otros pero nunca eliminadas.

Lo vamos a ver, lo estamos viendo.