OPINIÓN

Real jubilación

Joaquín Abad | Martes 10 de junio de 2014

Y es que no hace falta que Zarzuela haga un comunicado institucional informando que a partir de la abdicación de Juan Carlos como Rey de España se separará de Sofía de Grecia. Y que ambos vivirán su vida independientemente. Hace muchos años que, de hecho, estaban separados.



Juan Carlos, como todo el mundo ya sabe, ha tenido mil amoríos y aventuras con señoras de postín que se lo ponían fácil. Incluso ha estado encaprichado de varias, a las que trataba como si fuera su novia... la última, la conocida como princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una no tan joven alemana que incluso la ubicó, junto a su hijo Alexander, de 14 años, en una vivienda, pabellón de caza, en el recinto de Zarzuela, construyéndole piscina de invierno, piscina de verano y muchas comodidades pagadas por Patrimonio Nacional, no de su bolsillo, claro. Porque lo que todo el mundo sabe pero no se publica, entre otras cosas porque los grandes rotativos están en quiebra técnica y suspiran los favores de la vicepresidenta Soraya para que alguien les saque de la ruina -la tasa Google-, es que Juan Carlos llevaba más de un año planificando su jubilación. Sí, su jubilación real, en un palacio en Mónaco, junto a Corinna, que es quien ha estado junto al monarca estos últimos años, llevándole la cartera de sus negocios, sus comisiones, sus confidencias, viajando con él como miembro del estado español. Pues parece que ha llegado el momento de que Juan Carlos, por fin, disfrute de su inmensa fortuna personal ya que, según The New York Times, acumula una fortuna personal de 2.300 millones de dólares. Cuando Franco le nominó príncipe, el padre de Emilio Botín le abrió una cuenta secreta, en un paraíso fiscal, con una donación de un millón de pesetas, de la época, para que se considerara millonario y fuera depositando las diferentes aportaciones de otros banqueros y empresarios para facilitarle un patrimonio acorde a su status. Posteriormente, y una vez fue coronado Rey se añadieron las miles de comisiones por sus gestiones comerciales, préstamos ficticios de países árabes, regalos millonarios que luego vendía para hacer caja (el actual presidente de la CEIM, Arturo Fernandez, le compró por cien mil euros un lujoso Maserati Quattroporte regalo de un dictador árabe). Según los informados, hace años que Juan Carlos ha querido retirarse y vivir con su amada Corinna fuera de España y sólo temía que la pérdida de inviolabilidad, al abdicar, le complicara sus últimos años con demandas sobre paternidad, sobre comisiones, etc... Por eso las prisas del bipartidismo, pepé y pesoe, por blindarlo. Por aforarlo para que cualquier demanda (ya hay varias presentadas), no recaiga en uno de los llamados jueces estrella (la operación de quitarse a Garzón también perseguía este supuesto) que quieran alcanzar el estrellato imputando a Juan Carlos de Borbón, para escándalo internacional. La pena de telediario sería suficiente para arruinar el poco prestigio que aún le queda al que ha reinado casi cuarenta años, como Franco, sin que ninguna estancia judicial pudiera encausarle ya que la Constitución establece, aparte de su reinado vitalicio y hereditario, que no tiene responsabilidad alguna. Pues eso, que es urgente aforarlo de una vez... En la actual España, con cuatro millones de parados, lo más importante es dejar atado y bien atado la sucesión y el blindaje del anciano Borbón.