20/12/2002
Joaquín Abad | Martes 10 de junio de 2014
Esta semana, casi de pasada, hemos conocido algunas cifras sobre lo que deben a bancos los padres de la patria: los partidos políticos, en el gobierno y en la oposición.
Pero lo alarmante no han sido las abultadas cifras de millones de euros, encabezado por el pesoe, sobre todos los demás. Lo alarmante es que volvemos a darnos de narices con las dos españas que convivimos en la piel de toro. La de españolitos que esclavos de la nómina pagan sus impuestos religiosamente, saldan sus deudas con los bancos cada mes ante la amenaza de embargo del piso que avala la operación de crédito, y la otra. La de esos españoles del gratis total. Partidos políticos que se endeudan hasta las cejas con los grandes bancos. Consiguen y renuevan préstamos millonarios sin necesidad de avales, como los demás mortales, y al final consiguen del banquero de turno que condone dicha deuda.
Porque desde hace años hemos sabido que los españoles de primera viajan gratis total en Iberia, utilizan coche con conductor a cuenta del erario público, y por no pagar, no pagan ni la luz que gastan en sus sedes políticas. No hay empresa suministradora de electricidad que se atreva a cortar el suministro a un partido, a un sindicato… “Debemos tener buenas relaciones con los políticos y con los sindicatos no queremos correr riesgos”, fue el comentario de un alto cargo responsable de una empresa suministradora de energía.
Los abusos no sólo están en los partidos políticos y sindicatos, que deben, se siguen endeudando y no pagan ni al lechero, sin que nadie se atreva a hincarle el diente por miedo a la que puedan organizar. Los abusos están en las comunidades autónomas, en los ayuntamientos… Lo primero que pide el concejal del pequeño municipio de Lepe, por poner un ejemplo, es el teléfono móvil a cargo del ayuntamiento, claro…
Algún maldito contable, funcionario por supuesto, hizo las cuentas a lo grande de la cantidad de dinero que ahorraríamos si todos pagaran sus gastos y no los cargaran a los presupuestos oficiales. Resulta que todo nos costaría un tercio menos… Casi nada…
El problema no sólo es de España. Al parecer nuestros vecinos de Italia, de Portugal y del resto, hacen algo parecido.