27/12/2002
Joaquín Abad | Martes 10 de junio de 2014
Los datos no ofrecen dudas. En Francia, nuestro vecino país, los índices de venta de prensa no sólo se han estancado durante el presente año, sino que por primera vez en muchas décadas, han descendido.
¿Quiere esto decir que han bajado los lectores de periódicos? Lo que ocurre es que la llamada prensa gratuita, esa que a uno le ofrecen diariamente cerca de las estaciones de metro, de autobuses, de trenes de cercanías, está sustituyendo, poco a poco, a los lectores de prensa de pago por lectores de prensa gratis.
En nuestro país, sobre todo en ciudades como Madrid y Barcelona, el fenómeno de la irrupción de periódicos gratuitos está siendo analizado con gran preocupación por los grandes de siempre: ABC, El País, El Mundo… Cuando Madrid y +, ahora de la cadena noruega 20 Minutos, así como Metro lanzaron sus primeros ejemplares el primero en Madrid y el segundo en Barcelona, los grandes no les prestaron atención. Hartos de soportar prensa gratuita semanal, quincenal y mensual en cualquier barrio o pueblo de Madrid dedujeron que estos nuevos tendrían la misma incidencia que los semanarios que desde hace un decenio se reparten de forma gratuita, con algún contenido informativo y el resto de reclamos publicitarios. Pero al año de presencia, y tras conocer los datos del EGM en el sentido de la cantidad de cientos de miles de madrileños y barceloneses que confesaban leer habitualmente el resumen de noticias de actualidad precisamente de los dos que pertenecen a empresas multinacionales europeas, Metro y 20 Minutos, las alarmas se convirtieron en profunda preocupación y la preocupación sirvió para que presionaran al ayuntamiento de la capital. La Corporación de José María Álvarez del Manzano, en un singular ejercicio de libertad de expresión, decretó una ordenanza donde prohibía el reparto de los periódicos gratuitos cerca de las estaciones de autobuses y Metro, debían repartirse alejados de los kioscos de prensa, etc, etc, etc… La medida de Álvarez del Manzano, jaleada y aplaudida convenientemente por los periódicos de pago, ha servido de poco. El resultado es que los usuarios del Metro madrileño prefieren coger y leer prensa gratuita a pagar por los “tochos” en el kiosco.
El fenómeno de estos medios de información cuyo único sustento es el publicitario, lejos de aminorar va en aumento. Los alrededores de Madrid disponen de ediciones del Diario del Noroeste, Diario del Suroeste, Edición Norte, Edición Sierra, y pronto cerrarán el círculo con la Edición Alcalá. Se trata de periódicos de reparto gratuito, de lunes a viernes en la mayoría de los casos, elaborados por redacciones de profesionales del periodismo. El resultado es que ofrecen al lector una información local que los grandes no pueden por razones obvias, un contendido de opinión, y las principales noticias del ámbito nacional, internacional, deportes, etc.
Ya hay proyectos de este tipo de periódicos diarios para ciudades como Barcelona, Málaga, Almería, y continuarán, no cabe duda, al resto de España.
Creo que entre la irrupción de la prensa gratuita y la que se ofrece por internet, la libertad de prensa está a salvo. A pesar de nuestros políticos, claro