30/11/2011
Joaquín Abad | Martes 10 de junio de 2014
Es muy frecuente escuchar eso de que se confía en la Justicia. Como si la Justicia tratara a todos por igual. Qué ingenuidad.
E s muy frecuente escuchar eso de que se confía en la Justicia. Como si la Justicia tratara a todos por igual. Qué ingenuidad. Y si no, que se lo pregunten a Alfredo Sáez, el preboste del Banco de Santander que fue procesado por denuncia falsa y tras ser condenado por el Supremo, va Zapatero, el Presidente en funciones, y lo indulta en lo que fue su último consejo de ministros. Nada se hace gratis... Botín sabrá agradecerlo como es costumbre.
Desde siempre hemos comprobado como los ricos tenían un trato más favorable y recursos para alargar pleitos, e incluso no cumplir sentencias sin que pasara nada. Habría que recordar como los primos Albertos, tras ser condenados por estafa no han ingresado en la cárcel, por presiones del Rey a todos los estamentos judiciales. También el llamado "antenicidio", contra Prisa, la editora de El País, que le condenó a deshacerse de las emisoras de Antena 3 que había cerrado... sentencia que nunca se cumplió.
Y si hablamos de lo que pagan los ricos a la Hacienda, pues mejor no saber nada. Porque nos podemos encontrar a grandes fortunas como el caso de Juan Abelló, que declaran pérdidas y se ahorran de pagar miles de millones en impuestos mientras desvían a paraísos fiscales miles auténticas fortunas sin que se levante acta. O si se levanta, los abogados empiezan a marear la perdiz hasta que se logra la prescripción. O la costumbre de esos ricos en pagar sus impuestos en dación: dando obras de arte, supervaloradas, para pagar millonarios impuestos, cuando en realidad la obra la han comprado en condiciones muy favorables. Incluso entregando una vulgar falsificación, eso si, certificada como auténtica por el restaurador de turno..
Y cuando se pilla a un banquero, como Botín, con miles de millones de euros evadidos en una cuenta suiza, pues se hace un arreglillo y nada de llevar el asunto por vía penal, no faltaría más. La vía penal es para los pardillos empresarios que no pueden pagar al fisco porque se han arruinado. Para los banqueros hay otras "salidas".