OPINIÓN

El Amancio de Zara

04/01/2012

Joaquín Abad | Martes 10 de junio de 2014
Recuerdo que un banquero, hace años, me comentaba que nadie se hace riquísimo honradamente en este país. Que los mil millonarios de hoy, salvo los que por suerte hayan heredado, han obtenido su fortuna utilizando métodos ilegales o cuando menos inmorales.

Ahora, con la crisis, vemos que los vehículos de lujo, esos de varios cientos de miles de euros, no paran de venderse mientras que los utilitarios han caído en picado.

Ahora, con la crisis, vemos como Amancio Ortega consigue comprar, al contado, claro, un edificio emblemático en la zona financiera de Madrid en la cuarta parte de su valor...

Por lo que sabemos, porque nos lo han contado personas que han trabajado en dicha cadena, Amancio se ha hecho rico, riquísimo, a base de tener a miles de empleados casi en régimen de esclavitud mientras los sindicatos, como con la cadena Tele Pizza, miran para otro lado.

Amancio se ha hecho rico, riquísimo, fabricando sus prendas en talleres de esclavos chinos, donde trabajan miles de asiáticos en jornadas de doce horas, siete días a la semana, por salarios de hambre.

Amancio se ha hecho rico, riquísimo, fabricando sus prendas en un Marruecos donde el derecho de los trabajadores brilla por su ausencia mientras tenga en nomina a los funcionarios corruptos en un país donde solo hay corte y súbditos, que no ciudadanos.

Ahora parece que las condiciones de esclavitud de los talleres de Zara en Brasil han sido denunciados y, como siempre, la empresa se hace la distraída diciendo que desconocía tales hechos...

Lo dicho. Las grades fortunas, las muy grandes, tienen mucho que ocultar. Por eso andan merodeando a los poderes, sean del color que sea...