25/07/2012
Joaquín Abad | Martes 10 de junio de 2014
Salvando a esos voluntarios de ONG's que de verdad hacen un digno y merecido esfuerzo por eliminar la desigualdad de los que sufren, hay que desenmascarar a esas ONG's que encubren un turismo en los atractivos países africanos.
Son esos aventureros que dicen formar parte de caravanas que llevan ayuda humanitaria a campamentos de refugiados, de necesitados, y conducen lujosos todo-terrenos, expediciones subvencionadas muchas veces por comunidades autónomas cómplices. Al final entregan varios sacos de alimentos, algún buen doctor les toma la tensión... y vuelta con la caravana, la aventura, a la España donde desarrollan su verdadero trabajo. Lo de la expedición africana fue una aventura, una excursión con mucho morbo...
El peligro es que el norte África está plagado de piratas, que como en el Mar de Somalia, viven solo para secuestrar a europeos y luego pedir rescate. Un millonario rescate que los países ricos pagan para que luego no se diga que los dejan tirados.
La población saharaui que vive en Tindouf, Argelia, nietos ya de los que vivían en el antiguo Sáhara español y que se revelaron contra la invasión marroquí, se han habituado a ser centro internacional de ayuda... Esta tercera generación que lucha sin armas para lograr el reconocimiento que Naciones Unidas nunca dará, se ha acostumbrado a vivir del turista que les lleva manteniendo desde la muerte del dictador Franco. Muchos de los que llegan son voluntarios de ONG's. Otros son simples turistas de lujo que se hacen la foto con el pequeño sonriente y luego regresan, cruzando el desierto del Sáhara para embarcar de nuevo en Ceuta.
Los gobiernos no están para gastarse millones en pagar rescates a terroristas que secuestran a turistas que están advertidos de las zonas de riesgo. Si tienen que gastar de nuestros impuestos, que sea para la lucha contra los terroristas, no pagarles las armas que emplearán en el próximo secuestro.