La abdicación del Borbón forma parte de la llamada Operación Felipe, que se puso en marcha hace años, cuando se vislumbraba que la población empezaba a mostrar su descontento con ciertas actuaciones del rey.
Lo de Botswana, donde se rompió la cadera mientras cazaba elefantes en compañía de su última amante, la princesa de pega Corinna Larsen, fue quizá la gota. Por eso se puso en marcha todo un operativo con complicidades mediáticas, de empresarios, banqueros, incluso el libro de Pilar Urbano, ayudados por la propia Sofía de Grecia, para forzar la situación y que Felipe de Borbón tomara el relevo. Y si ha sido hoy, y no ayer, es porque tras las europeas el panorama político español parece que ha dado un giro a la izquierda, incluso izquierda radical, que ponía en peligro cualquier reforma que tuvieran que aprobar los nuevos gobernantes que saldrán de las urnas en las próximas. Porque lo que está claro, clarísimo, es que sin Rubalcaba y Rajoy pactando la reforma de la constitución gracias a los dos tercios que les sobra en el parlamento, no habría garantías de que la abdicación fuera aprobada sin más. Rajoy y Rubalcaba, como excelentes cortesanos del siglo XXI, terminarán su mandato dejándonos atado y bien atado, como hizo Franco, el sistema monárquico, con sus privilegios en cuanto a que no puede ser imputado por ninguna causa ya que carece de responsabilidad, además de ser vitalicio y hereditario. Casi nada. Dicen que gracias a que Franco nombró heredero a Juan Carlos aquí llegó la democracia. Sinceramente creo que de los regímenes militares se accede a la democracia como lo han hecho recientemente muchos otros países, como Grecia, como Argentina, o como Chile, tras la dictadura del general Pinochet. Y sin instaurar monarquía alguna, sino con figuras modernas como son los presidentes de república que deben ser refrendados y votados por sus poblaciones. Pero claro, el dictador Francisco Franco era un meapilas monárquico. Porque eso de régimen vitalicio y hereditario, y sin responsabilidad penal robe lo que robe, haga lo que haga, chirría en pleno siglo XXI. Pues eso. Que parece que el Borbón tiene su palacio en Mónaco esperándole para que se retire con su amada Corina. Y que a lo mejor lo acompañará en los últimos años que le queden para disfrutar la grandísima fortuna que nuestro Rey ha ido acumulando, durante estos treinta y nueve años, a base de comisiones millonarias cada vez que mediaba en algún negocio para los de siempre, los florentino, los cortina, los march... Habría que recordar las amistades peligrosas y que han dado mucho juego a la Zarzuela: Conde, De la Rosa, Manolo Prado, Ruiz Mateos... eso por citar a los que fueron a la cárcel. No todo está escrito. La Operación Felipe deberá zanjarse en las próximas fecha o se perderá la oportunidad.