Y es que los canarios, los habitantes nacidos en las islas frente a las costas africanas, los chicharreos (nacidos en Tenerife) y los canariones (nacidos en Gran Canaria), siempre han sido unos individuos muy especiales.
El clima tropical les hace blandos y, hablando claramente, con pocas ganas de trabajar. El canario trabaja de verdad cuando sale de su isla. Incluso hace fortuna y vuelve a su tierra, donde se la gasta y se queda como estaba. Vamos, algo parecido a los andaluces, que en su tierra tienen fama de gandules y en cambio gracias a ellos Cataluña ha prosperado industrialmente. Ahora inician toda una cruzada para que en sus aguas no se hagan prospecciones petrolíferas. Ellos que siempre han disfrutado de coches de importación a precios de ganga mientras en la península nos teníamos que conformar con Seat, Ranault, Simca... Y con precios de gasolina un cuarenta por ciento mas baratos que nosotros. Se les da muy bien quejarse de la insularidad, llamar "godo hediondo" al peninsular que es destinado en sus ciudades. Incluso los insultan en los bares y provocan peleas utilizando el llamado "morrón", que es un golpe traicionero en la frente del oponente que lo deja K.O. En Canarias mandan los caciques. Que son los ricos que siempre se aprovechan de su posición para prosperar y evitar el desarrollo que no le beneficia. Recuerdo cuando en el año 77, el 27 de marzo, chocaron dos aviones Jumbo en el aeropuerto de Los Rodeos. Tras la catástrofe aérea con el mayor número de víctimas -583- de la aviación civil, se supo que el aeropuerto Sur Reina Sofía llevaba años terminado y no se inauguraba por presiones de los caciques del norte, del Puerto de la Cruz. Querían evitar que el turismo se desplazara al sur, donde ellos no tenían infraestructura hotelera. En Canarias no se mueve una hoja sin que los caciques soplen. Vamos, que si ahora los políticos están contra las prospecciones petrolíferas, será porque los caciques, buscan alguna contrapartida que les haga aún más ricos. Porque unas islas que no producen más que plátanos a precios no competitivos y turismo, que todo tiene que ser importado, no debería quejarse de tener una industria petrolífera que diera trabajo a miles de canarios y creciera su actividad portuaria e industrial, dando servicio a las torres de prospección. A lo mejor ocurre como en Andalucía, que los caciques y sus políticos pretenden tener a una población empobrecida y clientelar, agradecida a las migajas que les ofrecen mientras ellos cenan en lujosos restaurantes privados.