El pasado sábado se inauguraba en la Puerta del Sol la tienda en teoría más importante de Apple en España. Y como era de esperar algunos pasaron la noche en vela, en la puerta del establecimiento de la manzana, para ser los primeros en recorrer las instalaciones.
Son actos inútiles de los apple-adictos, de evangelistas de los productos ideados por Steve Jobs, fundador del imperio que nos ha hecho la vida más fácil a los que usamos la informática para trabajar, para entretenernos, para formarnos.
Esperaba unas instalaciones como mínimo similares a las de otras capitales europeas. Vamos, como la de Londres, donde en varias plantas puedes adquirir, aparte de la totalidad de los productos de la manzana, toda una serie de periféricos y accesorios de otras marcas. Pues no. Apple España es de segunda categoría y en la tienda emblemática de la Puerta del Sol sólo se expone lo mismo que en el resto de las tiendas que la marca tiene en la geografía nacional. Sus propios productos y algunos accesorios... Nada que ver que las megatiendas de otras capitales europeas. Se ve que hasta los de la manzana nos consideran de segunda... que no de primera.