Y como este gobierno no sabía como contentar a El País, El Mundo, ABC y demás, para que silencien sus vergüenzas, pues se inventan una tasa que deberán pagar los buscadores y repartirá una empresa particular, Cedro, y que por supuesto se la comerán los de AEDE. A los pequeños, a los de provincias, pues las migajas. Como siempre.
Y es que cada vez más vemos a nuestros legisladores como cómplices de los señores del antifaz, que atracan y atracan a los ciudadanos con más impuestos, tasas, que reparten a gusto de los poderosos, los que gobiernan para ellos a costa nuestra.
Pero la llamada tasa AEDE, que no sólo pagará Google, claro, va mucho más allá de la pura recaudación. No imaginaba que la muñeca diabólica de la Moncloa le tuviera tantas ganas a internet que ideara cómo cargarse la poca libertad de expresión que nos queda en los digitales, porque en el papel, ya saben, a servir al poderoso poder y a cobrar por ocultar los desmanes del actual bipartidismo pepé-pesoe. Si, un bipartidismo cuyos casos de corrupción tienen colapsadas las redes sociales retuiteando noticias que al poder no les interesa. Y entonces restauran la censura, que no se puedan retuitear noticias. Que si algún periódico digital publica alguna noticia no conveniente al poder, pues que no se difunda... Esta Soraya se ha cargado, de un plumazo, el famoso derecho de cita, el enlace, que es la esencia del mundo de internet.