Joaquín Abad | Lunes 11 de agosto de 2014
Parece que ahora nos acordamos de que Africa existe. Sí, cuando ha brotado de nuevo el ébola y está matando a cientos, quizá miles de negros, en Liberia, y en varios países de la zona occidental.
Porque de Africa hemos, seguimos, explotando sus yacimientos mineros, pozos de petróleo (Guinea Ecuatorial), sin importarnos demasiado si los sanguinarios dictadorzuelos de turno se comen los riñones de sus enemigos. Porque esos caníbales regalaban pedruscos de diamantes a presidentes europeos como Valéry Marie René Giscard d'Estaing, que fue presidente de la República francesa en los años setenta. Bocassa, entonces presidente de la República Centroafricana, famoso por su cruel canibalismo infantil, engrasaba sus relaciones con los gobiernos europeos a golpe de diamantes de treinta quilates.
De nuevo ese Africa olvidada por las organizaciones de Derechos Humanos, que consienten la esclavitud infantil, salta a los telediarios del mundo civilizado, del mundo rico, a cuenta del ébola. Y claro, nos ponemos estupendos y en España se arma la marimorena porque un español, un misionero de una ONG en Liberia, accidentalmente, se contagia. Y al mas puro estilo americano fletamos un avión de la Fuerza Aérea para repatriar a Miguel Pajares y su novia Juliana Bohi. Y como se desconoce mucho sobre ese virus, pues se habilita toda una planta del Carlos III, que se hallaba cerrada por falta de personal, para atender al enfermo, precisamente de una pandemia que mata al noventa por ciento de quien se contagia.
Nadie sabe con certeza cuantos millones, si, millones de euros ha costado la repatriación. Y cuantos millones costará mantenerla abierta para esta persona la planta del centro hospitalario. En lo que todos concuerdan es que el tratamiento es el mismo que el que se practica en Liberia., Y el riesgo de contagio en Europa es incuestionable. Vamos, que como a nuestro gobierno le de por repatriar a todos los españoles que están en ONG's en esa parte de Africa, pues la tenemos