Cristina Fallarás
16/11/2012
martes 10 de junio de 2014, 12:58h
Hojeando la prensa, ipadeando, al día siguiente de la huelga, me topo con un artículo de la periodista y escritora Cristina Fallarás donde hace la crónica real de como la víspera le habían comunicado que se iniciaba el procedimiento de desahucio de su vivienda, a instancias del antiguo Banco Bilbao.
Su testimonio, escrito con la sencillez y la rigurosidad que la caracterizan, nos lleva a caernos del guindo. No es de recibo que esta periodista, escritora, conocida en el mundo cultural, también sufra la crisis hasta el punto de que la falta de ingresos le obligue a que un banco ordene que ella y sus hijos se marchen del lugar donde son familia.
La profesión periodística ya tiene un largo rosario de miles de parados. No creí que también les tocara a los veteranos, a los que han tenido éxito. A los que llevan toda la vida haciendo un periodismo del que ahora nos podemos olvidar porque parece que los editores sólo quieren beneficios rápidos y prefieren a becarios recién salidos de la facultad que a veteranos con agenda, con datos, y con memoria. A lo mejor lo que los editores prefieren es que los periodistas no tengan memoria para que cuenten como esos empresarios, esos políticos, a los que conocen bien, están corrompidos y el hastío de la población hacia la clase política tiene sus razones.
Recuerdo a la Cristina de comienzos de siglo porque en aquellos años, pocos meses antes de unas elecciones municipales, Sanromán, uno de los socios de un grupo editor de Madrid, encargó que se montara un diario de información general gratuito en Santa Coloma. Me tocó venir a ponerlo en marcha y me recomendaron a la mencionada Cristina para que lo dirigiera. Marchó a Madrid a presentarse a los empresarios y quedaron encantados con el fichaje. Todo un lujo. Unas semanas antes de inaugurar el rotativo, El Barcelonés, el entonces alcalde de Santa Coloma llama a Sanromán y le dice que la periodista contratada para dirigir el diario no puede ser una persona vinculada al PSC. Que los del PSOE no tragan. Así que Sanromán, como empresario de la construcción que pretendía levantar algún centro comercial en la zona, exige que se busque a otro periodista...
Tuve que comunicárselo, con el estómago retorcido y prometiéndome que no aceptaría más proyectos periodísticos del personaje, a Cristina, que, triste porque el proyecto que ella me ayudó a poner en marcha, era bastante atractivo, lo entendió y se despidió sin que ello fuera un conflicto. Podía haber demandado judicialmente a la empresa... No era su estilo. Si su presencia no era querida, se marchaba.
Luego supe que estuvo en el proyecto del desaparecido periódico de Planeta ADN.
Lo del desahucio, su actual situación, simplemente no se la merece.