Alphonse Gabriel Capone, un hijo de inmigrantes italianos criado en Brooklyn, fue condenado en 1931 por evasión de impuestos. No fue condenado por ser el capo de una banda que traficaba con alcohol. Capone no fue condenado por sus negocios de prostitución. No fue condenado por extorsión… Y fue a la cárcel sólo por sus deudas al Tesoro.

La leyenda del jefe mafioso aún son motivo de guiones de cine, del hombre que durante décadas tenía atemorizado a todo un estado americano, con la complicidad de policías a sueldo, jueces también a sueldo y cientos de sicarios a sus órdenes.

Capone salió de la cárcel el 16 de noviembre de 1939, muriendo en su mansión en el estado de Florida el 21 de enero de 1947.

Juan Asensio Rodríguez, fue condenado por el asesinato del belga Christian Poulín a 20 años de cárcel, parte de cuya condena la pasó en la cárcel de Alcalá Meco, donde le contó -está grabado- al Loco de la Colina, Jesús Quintero, que tenía una lista de diez personajes a los que había ordenado asesinar, entre los que se encontraban el juez Nicolás Poveda y el entonces director de La Crónica, Joaquín Abad.

Juan Asensio no fue condenado por el asesinato de su exesposa, Ángeles García, el 1 de marzo de 1985. Su asesino le disparó por la espalda y luego le pisoteó la cabeza. No fue condenado por el asesinato de su contable, Manuel Lillo, el 27 de noviembre del 2003. No fue condenado por ser el capo de una mafia que durante una década tenía atemorizada a toda la sociedad almeriense. No fue condenado por estar vinculado al negocio de la prostitución. Los diferentes clubs estaban a nombre de terceros, como el belga Poulín, que gerenciaba el Maxims, y fue asesinado en la puerta del Club 21.

A finales de los 90 Juan Asensio fue puesto en libertad, por buena conducta, y regresó a Almería donde murió asesinado en el interior del portal de su casa un 6 de febrero del 2004.