y lo firma un afamado periodista que presume de conocer mucho de Canarias (trabajó en el Diario de Avisos), de política (trabajó en El Alcázar) y de Sucesos (trabaja en El Caso). Su conocimiento de Canarias le movió a publicar esta semana una pieza memorable cuyo título ya invita a leerlo: “Caciques canarios”. Su tesis no es, sin embargo, la de desenmascarar con nombres y apellidos a los oligarcas que al señor Abad y a otros muchos preocupan, sino la de que ésta es una tierra de gandules que sólo trabajamos cuando emigramos para luego estallarnos la pasta que ganamos fuera en “coches de importación a precios de ganga” mientras los pobres peninsulares “nos teníamos que conformar con Seat, Ranault, Simca…” Sostiene Abad que pagamos la gasolina “un cuarenta por ciento más barato” y que llamamos “godo hediondo al peninsular que es destinado” a nuestras ciudades, y que provocamos peleas en los bares insultándolos y propinándoles “el llamado morrón, que es un golpe traicionero en la frente del oponente que lo deja K.O.” Para que se hagan una idea de lo mucho que Joaquín Abad conoce Canarias. Pero cuando ya se decide a entrar en el fondo de la cuestión, los caciques canarios, el periodista pone como ejemplo el accidente de los dos Jumbos en Los Rodeos (por cierto, escribe Yumbo, confundiendo el avión con el centro comercial de ambiente de Playa del Inglés), para afirmar que se pudo evitar la tragedia si hubiera estado abierto el aeropuerto Reina Sofía, “que llevaba años terminado y no se inauguraba por presiones de los caciques del norte, del Puerto de Santa Cruz (sic), que querían evitar que el turismo se desplazara al sur, donde ellos no tenían infraestructura hotelera”. Y, tras esta sarta de patrañas, el núcleo y el desenlace: “Si ahora los políticos están contra las prospecciones petrolíferas, será porque los caciques buscan alguna contrapartida que les haga aún más ricos. Porque unas islas que no producen más que plátanos a precios no competitivos y turismo, que todo tiene que ser importado, no debería quejarse de tener una industria petrolífera que diera trabajo a miles de canarios y creciera su actividad portuaria e industrial, dando servicio a las torres de prospección”. Debemos dar gracias al supremo creador de que el PP canario no conozca todavía a este ocurrente ideólogo.
RESPUESTA
Como me parece poco riguroso le añado que soy periodista que ha trabajado en el diario Arriba, en la revista Personas, donde publiqué el reportaje "Los Rodeos, aeropuerto de la muerte" después del accidente de los Jumbo, del que me tocó hacer la información también porque vivía cerca cuando se produjo el mismo. También le refrescaré la memoria recordándole que he sido diecisiete años director de un diario, La Crónica, que luchaba en defensa de Almería contra un mafioso y su banda que la tenía acobardada y que esa lucha me proporcionó atentados por sus miembros, que pretendían silenciar lo que publicaba. Luego me contrataron como director de El Caso y ahora me lo paso en grande escribiendo en decenas de periódicos y editando los que me apetecen, porque la censura previa la abolió Fraga Iribarne con la Ley de Prensa allá por el año 1964.