El negocio de los medios
22/02/2005
martes 10 de junio de 2014, 12:58h
No recuerdo a los del antiguo Grupo Correo, a los del Grupo Moll, a los gaditanos del Grupo Joly, al Grupo Voz, al Grupo Z, etc., preocupados porque no se cumplía la sentencia que obligaba al Grupo Prisa a devolver las emisoras de la antigua cadena Antena3 Radio.
No recuerdo a ninguna de estos grupos mediáticos criticar los sucesivos ataques a la libertad de expresión que un día sí y otro también cometían los sucesivos gobernantes desde que Felipe González llegó al poder en el ochenta y dos, paralizando la privatización de la antigua cadena de Prensa y Radio del Movimiento para repartirla luego a sus amigos. No recuerdo ningún hecho a favor de la libertad de expresión que me emocione salvo que se han peleado por conseguir más canales de radio, más canales de televisión, y más propaganda institucional a cambio de silenciar la crítica al poder y destacar las virtudes…
Durante décadas los empresarios de los grupos mediáticos han tratado de llevarse bien con el poder a cambio de más campañas. De más dinero. De más licencias… Han heredado unos canales de televisión que han convertido en telebasura. Sólo les ha importado el vil metal a cualquier precio. Han conseguido, a fuerza de muchos años, que los españoles tengamos unos medios informativos tendenciosos y sin credibilidad, aunque eso sí, claro, llenos de publicidad institucional que hace millonarios a sus propietarios. Han conseguido que España sea uno de los países cuyo índice de lectura siga en niveles tercermundistas. Eso sí, a costa de llenar de publicidad institucional y de compromiso sus arcas administrativas.
Esos grupos empresariales han conseguido que las ruedas de prensa sean en realidad ruedas de propaganda de quien las ofrece, porque sus periodistas suelen estar con la boca cerrada, no sea que una pregunta incomode al político de turno y en la empresa le recriminen su actuación profesional. Vamos, que han conseguido una profesión periodística sin sentido del pisotón informativo, sin sentido de la exclusiva, sin sentido de la denuncia social… Han conseguido un verdadero ejército de periodistas de agencia que se limitan a refritar las informaciones servidas por EFE, también controlada por el Gobierno, y ponerles un titular adaptado al gusto del político que se sienta en Moncloa.
No me da ninguna lástima ahora que los de Prisa, sí, Polanco, se quede con más tarta del pastel mediático a costa de que ellos tengan menos. Durante décadas sólo se han mirado al ombligo y, salvo honrosas excepciones, no sólo se han puesto las orejeras para ver sólo lo que le interesaba, sino que nos la han tratado de poner a todos los españoles que como borregos creemos lo que nos dicen los medios, aunque cada vez menos.
Ahora esos empresarios trinan, chirrían, porque Zapatero va a permitir a Canal Plus emitir en abierto, y porque a lo mejor le da otra licencia analógica… Ahora esos empresarios chirrían porque ven disminuir su tarta, su trozo del pastel publicitario, después de haber convertido en basura la televisión que el gobierno de Felipe González les concedió. Precisamente Canal Plus es la única que no emite basura… A lo mejor se merece que intente culturizar en abierto…
Menos mal que entre la prensa gratuita y los periódicos en internet la libertad de prensa está a salvo. ¿Verdad?