Los periódicos
01/03/2012
martes 10 de junio de 2014, 12:58h
Y es que Reures, el empresario de cabecera del ex Zapatero, viene ahora y dice que si llega a saber que en España habría dos millones de iPad, no se le hubiera ocurrido la locura de sacar el diario Público en papel.
Ayer fue ADN, antes de ayer todo un grupo de más de ochenta revistas que decoraban los kioscos de la Gran Vía. Gratuitos ya han cerrado más de trescientos. En toda la geografía. No han aguantado los impagos de los ayuntamientos, de las comunidades autónomas, de las empresas que ya no se anuncian. Casi la totalidad de los periódicos de provincias, los de toda la vida, están presentando el correspondiente ERE para tratar de sobrevivir. Parece que no se salva nadie de la quema y al ritmo que vamos, a finales del dos mil doce sólo sobrevivirán algunos grandes y los que se hayan adaptado a la tableta, que es lo que se llevará, lo que se lleva, ahora. Porque si los periódicos están en situación de cuasi quiebra técnica, las imprentas, los grandes centros de impresión, no durarán mucho con su política de trabajar al coste para no cerrar. Dentro de unos meses, papeleros y centros de impresión se verán obligados a subir sus servicios o cerrar. La que viene no se lo imagina ni Roures.
Estamos en el comienzo de un cambio de modelo y tecnológico de lo que hemos llamado prensa. El año noventa y cinco comenzó el principio del fin del papel. Con el nacimiento del llamado web se vio que la manera de informar iba a cambiar. Nadie quiso hacer caso a Bill Gates cuando a comienzos del presente siglo vaticinó aquello de que en diez años leeríamos libros y prensa en dispositivos móviles conectados a internet y que prácticamente desaparecerían las ediciones impresas.
El momento está llegando. Ha llegado.