Incluso el famoso "buenismo" zapateril nos llevó a una situación bastante ridícula. En algunos hospitales llegaban, en grupo, vete a saber de donde las traían, a mujeres marroquíes para que dieran a luz. En la mayoría de los casos, lo pueden corroborar los facultativos que atendían a las parturientas, el marido ni aparecía por el hospital para acompañar a la esposa. Pero donde no faltaban era en la administración hospitalaria para que le facilitaran la documentación y cobrar esos dos mil quinientos euros que se "regalaban" por cada parto. Si, me refiero a la famosa Deducción por Maternidad, que el gobierno de Zapatero puso en marcha el 3 de julio del 2007.
Es muy criticado el famoso PER en Andalucía, que tiene cautivos miles y miles de votos socialistas para que no se pierda esa ayuda que lleva institucionalizada en esa región de paro y miseria desde que llegaron al poder los del pesoe.
Ahora es el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, quien no tiene pelos en la lengua para denunciar que son precisamente inmigrantes del vecino país alauita, marroquíes, quienes se dedican a vivir de las ayudas sociales que en España se conceden generosamente y no tienen interés en trabajar.
En algunos pueblos, como por ejemplo Las Navas del Marqués, en la provincia de Avila, se puede comprobar todos los días como cientos de marroquíes, hombres ya maduros, están paseando o reunidos en la avenida Principal. No trabajan. Nunca han trabajado y viven de las ayudas sociales sin que parezca que tengan interés en buscar trabajo. No lo necesitan.
Los vecinos llaman a su pueblo "Las Navas de Marrakech". Por la mañana, el centro escolar está prácticamente tomado por sus hijos, y el centro de salud, tres cuartos de lo mismo. En Las Navas, antes, cuando había trabajo, se podían ver cientos de rumanos que estaban trabajando en prácticamente cualquier actividad. Llegó la crisis y al no encontrar trabajo, la mayoría se marcharon. Los marroquíes no, claro.
Aunque la escena de Las Navas de Marrakech no es exclusiva de España. En Francia también la viven. Pero lo que es más preocupante, es que donde más se ven a cientos de hombres maduros sin interés en trabajar es en el propio Marruecos. Y allí no tienen ayudas sociales.