Hemeroteca. Noticias con fecha martes, 10 de junio de 2014

En la Edad Media, las llamadas guerras santas llenaban de cadáveres las ciudades por donde pasaban las tropas con el crucifijo al frente. Ahora, mil quinientos años después vuelven las guerras santas, esta vez con la foto del imán de turno en lugar del crucifijo.

Nunca he estado en Guinea Ecuatorial. La antigua colonia española donde aún se habla el español, a pesar de la tirria que parece nos tiene sus gobernantes.

La pasada semana coincidí con otro ilustre periodista, que también firma en esta web, en el mismo restaurante de la capital almeriense.

No les voy a hablar, hoy, lectores, de la comisión del 11-M, mejor que no, ni de quien pudo organizar, como cerebro, el mayor golpe terrorista de la Europa de este siglo, y quizá de la del pasado, si excluimos las consecuencias del atentado en Las Palmas del llamado MPAIAC, de Antonio Cubillo, que como recordarán provocó el desvío masivo de los aviones que debían aterrizar en el aeropuerto de Gando a Los Rodeos…

Ha tenido que ser precisamente Enrique Múgica, uno de los primeros compañeros de cama de Isidoro, de Felipe González, quien haya clamado contra la llamada telebasura.

Ahora que los periódicos “on-line”, los confidenciales, y todos los que se leen por Internet han sido definitivamente discriminados de la tarta publicitaria institucional, empiezan a rasgarse las vestiduras muchos de las empresas que editan dichos medios.

Fraga inventó el partido de la derecha, la antigua Alianza Popular, luego PP, y don Manuel Fraga, brillante ex ministro de Información y Turismo con la España del desarrollo, acabará.

Quienes conocen al inquilino de la Puerta del Sol, nuestro flamante alcalde, dentro de poco inquilino del palacio de Correos en la Plaza de la Cibeles –la Puerta del Sol no le parece demasiado vistosa para ser su sede-, saben que tiene mal perder.

La que se nos viene encima, y nosotros con gestos… Ya nos dicen los expertos en temas económicos que vayamos olvidando la época de llenar el depósito de combustible por sesenta euros.

Y es que este Rodriguez Zapatero se la coló hasta al propio Ibarreche. Quería la foto con todos, absolutamente todos, los presidentes autonómicos y se hizo su foto.

Hay quien sostiene que al igual que Alfonso Guerra se quemó en el gobierno de Felipe González por ignorar a su “hemano” Juan, instalado en la Delegación de Gobierno de Sevilla con el consentimiento del entonces delegado Tomás Azorín, aquel que le filtró a los periodistas lo de “los socialistas vamos a meter a Jordi Pujol en la cárcel”… ahora quien está quemado, políticamente, claro, es nada menos que el propio ZP.

Ganar unas generales gracias a ciento noventa y dos muertes es demasiado. Y eso siempre es una losa que pesa. Que acompleja. Y cuando a estos chicos algo les acompleja pues encienden el ventilador.

Es la primera vez que no tengo claro el voto. Ya saben, el domingo, para estar o no de acuerdo el la constitución europea tal como nos lo plantean ZP y sus socios.

No recuerdo a los del antiguo Grupo Correo, a los del Grupo Moll, a los gaditanos del Grupo Joly, al Grupo Voz, al Grupo Z, etc., preocupados porque no se cumplía la sentencia que obligaba al Grupo Prisa a devolver las emisoras de la antigua cadena Antena3 Radio.

Y es que este Zapatero me recuerda cada vez más a Javier de la Rosa.

No sé cómo expresarlo, pero desde lejos, las cosas que pasan en España se ven de otra manera. Como con más atención, más interés, más crítica incluso.

Parece que fue ayer, pero también Felipe González, en las últimas elecciones generales que ganó, dio la sorpresa de fichar a una estrella de número dos.

Desde hace doce años se viene hablando de que el papel desaparecería y leeríamos prensa y libros en dispositivos digitales móviles conectados a internet.

Sabía de las excentricidades de ese hijo rebelde llamado Alberto Ruiz Gallardón, que un día sí y otro también aparece en los medios informativos por situaciones, cuando menos, reprobables en un personaje público de la derecha, a la que detesta, y de la que come, y abusa, desde que nació.

El Tribunal Supremo acaba de admitir que llamar "chalado" a un alcalde está dentro de la libertad de expresión del articulista que resumió así la actitud de Presidente del Consistorio de Salamanca.